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Después de haber estado todo el fin trabajando en la computadora, me sorprende tener tantas ganas de llegar a escribir aquí. Supongo que siempre es bueno hacer vibrar las paredes de este recinto.
El finde estuvo un tanto pesado, pero la verdad es que el trabajó fluyó y siempre me tranquiliza saber que puedo retomar mis pendientes personales y seguir avanzando con mis proyectos; aunque eso implique quedarse sin sábado y domingo.
Aún así, fue una sesión muy divertida. Supongo que no duele trabajar tanto cuando se tiene taaaaaaan buena compañía. Además, los artículos que estuve escribiendo me pusieron de buen humor, particularmente el que está destinado a ser el Tema Central para la Comic Zone de junio. Ojalá la gente disfrute tanto leyéndolo como yo al escribirlo. Ahí checan la revista en un par de meses y me platican je, je.
En otras noticias, qué doloroso es aquello de pagar las tarjetas de crédito. Malditas deudas ja, ja. Afortunadamente cada mes es menos. Esperemos que las finanzas se nivelen pronto.
Y bueno, para finalizar este post de inicio de semana y fin de mes, les dejo una imagen que me pudo poner MUY de buenas.
Ed Benes es un dibujante brasileño que trabaja para DC Comics. Conocí su chamba gracias al arco de “Birds of Prey” que realizó junto con la maravillosa Gail Simone. Actualmente es el dibujante titular de “Justice League of America”.
Me declaro muy fan de su trazo, sus escenas de acción, su estilo espectacular y sobre todo, de su manera de dibujar a las chicas, pues sin duda es de los mejores del medio. Para muestra un botón, con el que me despido deseándoles que tengan una increíble semana.
¡Súper mamis!
Ya es jueves.
Eso siempre es una ventaja, al menos psicológica, porque saber que la semana está por terminar siempre trae un alivio muy particular al alma.
Por acá las cosas están en espera, después de todas las campañas presentadas, sólo resta esperar. Es ese extraño momento de clama antes de saber si ya terminamos con esta tormenta o si vamos de regreso al huracán.
Sí, las cosas siguen nebulosas y cada segundo día se avientan alguna puntada por acá que me vuelve a tumbar todo el buen ánimo, pero se trata de tomarlo con filosofía y aferrarse mucho a las cosas que nos alegran el día.
Y justo en ese departamento, ayer me topé con un video que realmente me hizo sonreír. Claro, es una tontería, pero ojalá la vida estuviera repleta de tonterías así. Bueno, les comparto el videín esperando que estén de lo mejor.
Ése es amor del bueno, me cae.
Siempre he pensado que soy un persona con gustos musicales demasiado básicos, incluso recuerdo en la Prepa cuando me le dije a un gran amigo que, hasta ese momento, yo carecía de una Banda favorita; es decir, escuchaba muchas cosas, pero no había nada de lo que fuera realmente fan.
Nope, no creo ser una persona melómana; carezco de los conocimientos, el bagaje e incluso el gusto, porque debo reconocer que algunas propuestas musicales pueden llegar a aburrirme mucho después de un rato.
Aún así… la música que me gusta tiene la facultad de hacerme sonreír.
Soy un adicto al ritmo, a las melodías, a cualquier cosa que prenda un poco (o mucho) y que te impulse a tocar una guitarra o batería imaginaria o bien, aquellas que te inundan con el irresistible impulso de bailar. Ya mejor ni digo de las rolas que se agolpan en mi pecho y que canto a todas horas; a fin de cuentas, cantar y bailar son de las cosas que más disfruto en la vida.
Lo admito, mis gustos musicales igual y son simples, variados, comercialones y muy, pero muy eclécticos. Pero qué más da si me la paso tan bien escuchándola.
Hoy la música me puso de buenas.
¡Eh, eh, eh, eh, eh, eh, eh!
Me cae que qué rápido se le va al diablo el buen humor a uno.
Había sido un buen puente; espacio rico para descansar, escribir (no tanto como yo hubiera querido, pero algo es algo), estar con quien se quiere estar y sobre todo, empezar a relajar la mente para ver las cosas con más filosofía.
Incluso el trayecto a la oficina fue cordial el día de hoy, a pesar de seguir necesitando de los taxis; una mañana fría como me gustan con un trayecto hermosamente vacío. No cabe duda que esta ciudad es hermosa sin tráfico.
Todo pintaba para un bonito inicio de semana. Tiempo pasado… ¿notaron?
Pues no tengo ni media hora aquí cuando me pasan la buena noticia de que estamos en llamas (término para describir una cantidad irreal e inhumana de trabajo) con tres campañas diferentes para el próximo lunes y que será necesario venir el jueves y el viernes a trabajar.
O_O
Creo que me puedo ahorrar las palabras para describir la poca gracia que me hace y la jodida perspectiva que acaba de adquirir todo este asunto. Sólo espero que esto al menos contribuya a las oscuras maquinaciones que ando cocinando y que resulte productivo
Chale… tan de buenas que me estaba poniendo.
Vaya, unos minutos de silencio en mi cabeza.
-Sería bueno aprovecharlos para hacer una entrada breve- me dije con esa propiedad que tenemos los desequilibrados al momento de hacer soliloquios.
Tengo tanto que decir pero tan pocas letras a la mano; además, realmente lamentaría seguir cansando los amables ojos que leen este espacio con los tristes remolinos que azotan mi mente en este momento.
Pero algo es seguro, dentro de todo este cansado escenario hay cosas buenas; algunas se ven a la distancia, otras más están amablemente cercanas, pero todas ellas son luces reconfortantes en esta oscuridad tan ajena.
Después de tanto creo que he tecleado mucho y dicho muy poco, pero me hacia falta levantar la voz en mi castillo y recorrer una vez más sus negros pasillos, sus habitaciones secretas con sus espectros y retablos encantados; el frío encantado de su armaría, sus mazmorras de luz azul y cuanta cosa maravillosa sucede dentro de sus sombras.
Al final eso hace falta, desempolvar la vieja armadura negra, ese hermoso escudo con el relieve inquietante del lagarto rojo y aquella espada asesina e infalible que tanto ha vivido conmigo.
Siempre hay espacio para soñar.
Hay hartazgo, cansancio mental, mucho coraje contenido y una cantidad abrumadora de trabajo. Quizá todo esto no sería tan grave si no fuera porque estoy dejando muy descuidados otros proyectos que tengo ya varios días sin tocar.
Y por si fuera poco… con el auto en el taller.
Sí, las cosas siguen mal; más tranquilas en algunos aspectos, más oscuras en otros. Sin embargo es increíble lo que un buen fin de semana puede hacer por tu mente. Supongo que las cosas ya irán sucediendo y afortunadamente hay de dónde agarrarse.
Planes de contingencia, ¿qué sería del mundo sin ellos?
Bueno sólo quería pasar para saludar un poco y desearles la mejor suerte en esta semana que inicia. La siguiente imagen corresponde a una genial línea de juguetes que estará a la venta este año gracias a Mattel. ¡Ya la quiero!
Los días de borrasca continúan, sin embargo han venidos propiamente escoltados por una cantidad de trabajo como hacía meses que no teníamos. Supongo que siempre ayuda tener la mente ocupada para dejar fluir sentimientos poco productivos… y para sacarle filo con más precisión a los planes de contingencia.
El ánimo sigue igual, pero la cabeza está mucho más fría y sobre todo, estos días he recibido palabras y muestras de ánimo demasiado valiosas y que agradezco con toda el alma.
Nada; creo que sólo necesitaba dedicar unas cuantas palabras a esta Citadel, que tan pintada de tristeza ha estado en los últimos días. Mil gracias por estar a todos los que han estado, gracias por decir a todos los que han dicho… y gracias por todas esas cosas que son tan difíciles formar con letras.
Gracias también, a los que me prestan su oído a pesar de estar cargando con sus propias historias tristes. Como le dije a mi vecino y hermanito del alma… “yo sé que vamos a estar bien.”
Mi cariño y buena vibra (la poca que tengo) a todos; espero de corazón que sus respectivos cielos negros comiencen a dejar ver la luz del sol. Ánimo y échenle ganas, que yo tengo fe en ustedes.
Un saludo de martes abrumado y recuerden… la vida es mejor cantando.
Besos.
