Quiero un helado de uva.
Sentir nuevamente en mis labios aquel dulce sabor de infancia. Esa fría sensación en las manos, que tanta felicidad me brindó.
Quiero un helado de uva.
Caminar soñando, sonriendo. Recogiendo un par de estrellitas en el camino. Tejiendo historias mágicas en cada árbol, en cada extraña formación de piedras. Encontrando una espada mágica en cada rama, un poema épico en cada flor, un fuerte en cada sombra y un hermano en cada perro callejero.
Quiero un helado de uva.
Para después echarme a reír, a sentir, a volar, a alcanzar sueños imposibles. A ser el héroe de todas las lunas, de todos los cuentos.
Quiero un helado de uva.
Y recordar lo fácil que era montar dragones, detener el tiempo. Pensar en energía para cambiar el Universo. Poder entrar a un Bosque Encantado, en el que pueda vivirse por Siempre Jamás.
Quiero un helado de uva… para compartir.
27 enero 2009
23 enero 2009
RESOLUCIÓN ALADA
- Quiero extirparme el corazón.-
O al menos eso pensó con el espíritu derrumbado, mientras el traicionero gusto del último trago de Bourbon aún hacía estragos en su boca.
La oscuridad se antojaba eterna; rasgada tímidamente por el lejano brillo de una pantalla de computadora, al tiempo que el reproductor de música repetía tortuosamente aquella canción otra vez. Aquella canción.
La media luz de la sala estaba tan vacía. Tan diferente.
- O bueno- Siguió planteándose en silencio - Igual y sólo venderlo, deshacerme de él.-
Tenía las manos hechas pedazos, sangrantes. Miraba ausente las cicatrices, las marcas recientes. El manchón de sangre en la tiroleada pared blanca. Suspiró pesadamente al acariciar su lastimada piel e hizo una mueca particular; torciendo la boca y arqueando ligeramente la ceja derecha.
- Esto no puede ser bueno.-
Se levantó despacio del sillón; ese sillón. Su pecho agitado y el estómago que no paraba de dar vueltas lo llevaron brevemente a pensar en aquellas mariposas cosquilleantes que fueron ahuyentadas por este gélido huracán.
Deambuló entre las sombras, apretando los puños y la quijada. El seco crujido de su cuello retumbó en las paredes. Esa mala costumbre suya que tanto alivio le causaba.
Siguió dando vueltas alrededor de los rincones, dejando una estela de humo a su paso.
Y entonces vio un breve destello. Un brillo que se le insinuaba de reojo, escondido en uno de sus muebles. El hermoso filo de la daga maldita que le habían regalado hace tantas vidas.
Pensó en las promesas. En las oscuras posibilidades.
- Sería tan fácil.-
Pero hay cosas que nunca cambian. Recobró un poco la orgullosa postura, le dio una última fumada a su cigarro y abandonó la idea de golpe.
Se dirigió a abrir la ventana para ventilar un poco el ambiente. Ésta se deslizó con la misma agilidad de siempre, dejando entrar de golpe el inclemente frío invernal.
Una tormenta comenzaba a hacer promesas en el horizonte. Terrible, desoladora. Llena de desesperación y rabia enloquecida. De tristeza ancestral y lesiones atrasadas. Un vendaval lleno de ganas de correr, de usar máscaras de sombras y dejarse partir por un rayo de una vez.
Y fue entonces, cuando lo sorprendió la magia.
El viento le trajo un susurro. Un mensaje. Un pensamiento. Una caricia. La luna. Dos estrellas. La fragancia. Un suspiro.
Sí, venían días duros, pero sus destellantes ojos sólo podían concentrarse en el Bosque Encantado que había detrás. El precioso Bosque de todos sus cuentos.
Pasaron algunos dulces y estáticos segundos. Una peculiar sonrisa de dos letras apareció en su pecho y sus labios. Ahora sabía lo que tenía que hacer.
Se acercó a la orilla de la ventana.
Un par de hermosas y enormes alas negras se extendieron en su espalda. Abrió los brazos y se preparó para echar volar…
O al menos eso pensó con el espíritu derrumbado, mientras el traicionero gusto del último trago de Bourbon aún hacía estragos en su boca.
La oscuridad se antojaba eterna; rasgada tímidamente por el lejano brillo de una pantalla de computadora, al tiempo que el reproductor de música repetía tortuosamente aquella canción otra vez. Aquella canción.
La media luz de la sala estaba tan vacía. Tan diferente.
- O bueno- Siguió planteándose en silencio - Igual y sólo venderlo, deshacerme de él.-
Tenía las manos hechas pedazos, sangrantes. Miraba ausente las cicatrices, las marcas recientes. El manchón de sangre en la tiroleada pared blanca. Suspiró pesadamente al acariciar su lastimada piel e hizo una mueca particular; torciendo la boca y arqueando ligeramente la ceja derecha.
- Esto no puede ser bueno.-
Se levantó despacio del sillón; ese sillón. Su pecho agitado y el estómago que no paraba de dar vueltas lo llevaron brevemente a pensar en aquellas mariposas cosquilleantes que fueron ahuyentadas por este gélido huracán.
Deambuló entre las sombras, apretando los puños y la quijada. El seco crujido de su cuello retumbó en las paredes. Esa mala costumbre suya que tanto alivio le causaba.
Siguió dando vueltas alrededor de los rincones, dejando una estela de humo a su paso.
Y entonces vio un breve destello. Un brillo que se le insinuaba de reojo, escondido en uno de sus muebles. El hermoso filo de la daga maldita que le habían regalado hace tantas vidas.
Pensó en las promesas. En las oscuras posibilidades.
- Sería tan fácil.-
Pero hay cosas que nunca cambian. Recobró un poco la orgullosa postura, le dio una última fumada a su cigarro y abandonó la idea de golpe.
Se dirigió a abrir la ventana para ventilar un poco el ambiente. Ésta se deslizó con la misma agilidad de siempre, dejando entrar de golpe el inclemente frío invernal.
Una tormenta comenzaba a hacer promesas en el horizonte. Terrible, desoladora. Llena de desesperación y rabia enloquecida. De tristeza ancestral y lesiones atrasadas. Un vendaval lleno de ganas de correr, de usar máscaras de sombras y dejarse partir por un rayo de una vez.
Y fue entonces, cuando lo sorprendió la magia.
El viento le trajo un susurro. Un mensaje. Un pensamiento. Una caricia. La luna. Dos estrellas. La fragancia. Un suspiro.
Sí, venían días duros, pero sus destellantes ojos sólo podían concentrarse en el Bosque Encantado que había detrás. El precioso Bosque de todos sus cuentos.
Pasaron algunos dulces y estáticos segundos. Una peculiar sonrisa de dos letras apareció en su pecho y sus labios. Ahora sabía lo que tenía que hacer.
Se acercó a la orilla de la ventana.
Un par de hermosas y enormes alas negras se extendieron en su espalda. Abrió los brazos y se preparó para echar volar…
20 enero 2009
Gracias...
Por los años, por el aprendizaje. Por todas las cosas; las grandes y las pequeñas.
Por toda tu fe, tu confianza y tu dedicación ciega.
Por tu amor, tu amistad, tu compañía. Por las cosas que me enseñaste y el par que me dejaste compartir.
Por lo bueno, lo excelente, lo que no fue tan luminoso.
Por ser, por estar, por todo aquello que se dijo y lo que se dejó de decir por consideración al otro.
Por tu comprensión y tu nobleza, por ser la dama que siempre has sido.
Por darme el privilegio de verte crecer. Por el honor de lo que vivimos juntos.
Por tus buenos deseos. Por tus últimos consejos. Por creer en mí a pesar de mí mismo.
Por todas las cosas que no alcanzo a enumerar.
Por hacerme sentir orgulloso de ti.
Por ti. Por mí.
La puerta está. Y todo lo que se dijo es cierto.
Un ciclo se termina, pero al final del día los dos sabemos que es para bien. Y espero con ansias tu felicidad, tus logros, las buenas noticias a la distancia y entre las sombras.
Lamento el dolor. Las lágrimas. Las palabras tristes. Las miradas empañadas. Lamento los sueños que se quedaron en el camino y sobre todo, lamento no ser lo que se planeaba que fuera.
Y sin embargo, se queda el gran sabor de boca; que lo que fue, fue muchísimo. Y los dos nos vamos por la puerta grande.
Hasta siempre. De corazón.
Por toda tu fe, tu confianza y tu dedicación ciega.
Por tu amor, tu amistad, tu compañía. Por las cosas que me enseñaste y el par que me dejaste compartir.
Por lo bueno, lo excelente, lo que no fue tan luminoso.
Por ser, por estar, por todo aquello que se dijo y lo que se dejó de decir por consideración al otro.
Por tu comprensión y tu nobleza, por ser la dama que siempre has sido.
Por darme el privilegio de verte crecer. Por el honor de lo que vivimos juntos.
Por tus buenos deseos. Por tus últimos consejos. Por creer en mí a pesar de mí mismo.
Por todas las cosas que no alcanzo a enumerar.
Por hacerme sentir orgulloso de ti.
Por ti. Por mí.
La puerta está. Y todo lo que se dijo es cierto.
Un ciclo se termina, pero al final del día los dos sabemos que es para bien. Y espero con ansias tu felicidad, tus logros, las buenas noticias a la distancia y entre las sombras.
Lamento el dolor. Las lágrimas. Las palabras tristes. Las miradas empañadas. Lamento los sueños que se quedaron en el camino y sobre todo, lamento no ser lo que se planeaba que fuera.
Y sin embargo, se queda el gran sabor de boca; que lo que fue, fue muchísimo. Y los dos nos vamos por la puerta grande.
Hasta siempre. De corazón.
15 enero 2009
R.I.P.
Esta Citadel está de luto. Y mi corazón también.
***
El Mal había ganado.
La Tierra estaba hundida en una sangrienta y profunda oscuridad. El Dios Maligno había liberado su veneno entre los hombres, dominando casi por completo la vida en nuestro planeta.
Su cruel puño se cerró sobre nuestros corazones y su pesada bota aplastaba poco a poco la voluntad del mundo entero y ni siquiera nuestros más grandes defensores pudieron resistir el ataque. Todo estaba perdido. Nadie podía detener a este villano implacable.
Sólo él.
Un hombre, un mortal, un héroe creado a base de disciplina, de exigirse llegar al extremo de la perfección. Una mente perfecta. Una voluntad inquebrantable. Un alma demasiado noble a pesar de las sombras. Un Detective. Un Caballero Oscuro.
Una batalla épica, imposible en la que, para beneplácito de Nietzche, el hombre derrotó al Dios.
Ha caído el Murciélago, pero como sólo los grandes pueden hacerlo. Ha caído haciendo lo imposible; salvando al mundo entero.
Y el legado de su noche, vivirá eternamente.
***
Una más de esas decisiones editoriales que deberían estar prohibidas. Una buena historia, pero una pérdida lamentable.
Descansa en paz Batman; de verdad que siempre serás mi héroe favorito. Una parte fundamental de mi vida.
Oh sí,estoy MUUUUUUY triste.
Muy…
***
El Mal había ganado.
La Tierra estaba hundida en una sangrienta y profunda oscuridad. El Dios Maligno había liberado su veneno entre los hombres, dominando casi por completo la vida en nuestro planeta.
Su cruel puño se cerró sobre nuestros corazones y su pesada bota aplastaba poco a poco la voluntad del mundo entero y ni siquiera nuestros más grandes defensores pudieron resistir el ataque. Todo estaba perdido. Nadie podía detener a este villano implacable.
Sólo él.
Un hombre, un mortal, un héroe creado a base de disciplina, de exigirse llegar al extremo de la perfección. Una mente perfecta. Una voluntad inquebrantable. Un alma demasiado noble a pesar de las sombras. Un Detective. Un Caballero Oscuro.
Una batalla épica, imposible en la que, para beneplácito de Nietzche, el hombre derrotó al Dios.
Ha caído el Murciélago, pero como sólo los grandes pueden hacerlo. Ha caído haciendo lo imposible; salvando al mundo entero.
Y el legado de su noche, vivirá eternamente.
***
Una más de esas decisiones editoriales que deberían estar prohibidas. Una buena historia, pero una pérdida lamentable.
Descansa en paz Batman; de verdad que siempre serás mi héroe favorito. Una parte fundamental de mi vida.
Oh sí,estoy MUUUUUUY triste.
Muy…
07 enero 2009
Empowerment...
El poder de volar lejos de aquí. De crear con un gesto de mi boca un mundo nuevo e inimaginable en el que sólo exista lo que tiene que existir.
El poder de ser mejor, ser más... de ser algo menos nocivo. Una idea no tan mala.
Poder gritar, crear, soñar sin concecuencias a terceros. Poder ser sobre todas las cosas y los párrafos engarzados de palabras que sólo esconden lo que realmente quiero decir.
El poder de una noche. De un beso... o quizá de muchos. De poder hacer que cada una de mis sílabas no se pierdan en el aire, en mi eternidad tan subjetiva.
Mis letras, mis ideas. Mis sentimientos tan llenos de luna. De humo tinto. De música que me remonta a momentos perfectos que se quedaron tatuados en cada espacio disponible.
El poder, un poder... algún poder.
Magia.
Y sin embargo aquí estoy; desposeído de calor, de sobriedad. De una manera correcta de hacer las cosas. De líneas que hagan el más remoto sentido, la más frágil diferencia.
De una vela que huele a frutas y de un alma que huele a lo que podría ser.
Ese olor.
Una noche no tan buena. Un texto aún peor. Un suspiro encapsulado que se escapa desgarrándome el pecho y un par de estrellas que hoy... hoy no puedo alcanzar.
Quisiera poder... quisiera poder volar.
El poder de ser mejor, ser más... de ser algo menos nocivo. Una idea no tan mala.
Poder gritar, crear, soñar sin concecuencias a terceros. Poder ser sobre todas las cosas y los párrafos engarzados de palabras que sólo esconden lo que realmente quiero decir.
El poder de una noche. De un beso... o quizá de muchos. De poder hacer que cada una de mis sílabas no se pierdan en el aire, en mi eternidad tan subjetiva.
Mis letras, mis ideas. Mis sentimientos tan llenos de luna. De humo tinto. De música que me remonta a momentos perfectos que se quedaron tatuados en cada espacio disponible.
El poder, un poder... algún poder.
Magia.
Y sin embargo aquí estoy; desposeído de calor, de sobriedad. De una manera correcta de hacer las cosas. De líneas que hagan el más remoto sentido, la más frágil diferencia.
De una vela que huele a frutas y de un alma que huele a lo que podría ser.
Ese olor.
Una noche no tan buena. Un texto aún peor. Un suspiro encapsulado que se escapa desgarrándome el pecho y un par de estrellas que hoy... hoy no puedo alcanzar.
Quisiera poder... quisiera poder volar.
04 enero 2009
2009
Es curioso...
Realmente me agobiaba mucho el escribir algo en la Citadel antes de que terminara el año. El poner algún tipo de post de despedida para el 2008 o simplemente hacer uno de esos textos en los que seguramente me terminaría quejando.
Pero no fue así.
Y vaya, no es que no haya querido y definitivamente no fue falta de tiempo, pues afortunadamente estas dos semanas han estado llenas de mucho descanso, mental y espiritual por lo menos. Quizá no me dieron ganas de salir con la misma cantaleta de los últimos meses. Quizá no tenía nada interesante qué decir. O tal vez, sencillamente, he tenido la mente en otras cosas, en lugares inesperados.
Sea como sea, ya pasó. Sí, hubieron muchas cosas muy malas y varios cambios de planes. Hubo desvelos, confusión y muchas batallas perdidas. Pero la moraleja al final del día, es que hay muchísimas cosas maravillosas que siguen estando en mi vida y además una enorme serie de retos y proyectos nuevos que me tienen con los ojos iluminados otra vez. Aplausos. Nuevos ciclos.
Gente inimaginable.
Sueños, que si bien siempre han sido una parte fundamental de mi ser, hoy se antojan más posibles, cercanos... valiosos.
Y sobre todo, una renovada necesidad por encontrarme a mí mismo. Por hallar de nuevo mi pasión y seguir a mi corazón hasta las últimas concecuencias.
Sí, es algo complicado, incluso atemorizante pero, ¿qué clase de Green Lantern sería yo, si me dejara abrumar por el miedo?
En fin niños y niñas, quizá lo que más ganas tenía de decirles es que deseo con toda el alma que este 2009 que aún está nuevecito, sea un gran año para todos ustedes. Una etapa llena de luz, de dicha, de retos y satisfacciones. Un año lleno de magia que los haga volar y alcanzar sus más grandes anhelos.
Mil gracias por estar y por ser. ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO AMIGOS!!!
Los quiero.
Realmente me agobiaba mucho el escribir algo en la Citadel antes de que terminara el año. El poner algún tipo de post de despedida para el 2008 o simplemente hacer uno de esos textos en los que seguramente me terminaría quejando.
Pero no fue así.
Y vaya, no es que no haya querido y definitivamente no fue falta de tiempo, pues afortunadamente estas dos semanas han estado llenas de mucho descanso, mental y espiritual por lo menos. Quizá no me dieron ganas de salir con la misma cantaleta de los últimos meses. Quizá no tenía nada interesante qué decir. O tal vez, sencillamente, he tenido la mente en otras cosas, en lugares inesperados.
Sea como sea, ya pasó. Sí, hubieron muchas cosas muy malas y varios cambios de planes. Hubo desvelos, confusión y muchas batallas perdidas. Pero la moraleja al final del día, es que hay muchísimas cosas maravillosas que siguen estando en mi vida y además una enorme serie de retos y proyectos nuevos que me tienen con los ojos iluminados otra vez. Aplausos. Nuevos ciclos.
Gente inimaginable.
Sueños, que si bien siempre han sido una parte fundamental de mi ser, hoy se antojan más posibles, cercanos... valiosos.
Y sobre todo, una renovada necesidad por encontrarme a mí mismo. Por hallar de nuevo mi pasión y seguir a mi corazón hasta las últimas concecuencias.
Sí, es algo complicado, incluso atemorizante pero, ¿qué clase de Green Lantern sería yo, si me dejara abrumar por el miedo?
En fin niños y niñas, quizá lo que más ganas tenía de decirles es que deseo con toda el alma que este 2009 que aún está nuevecito, sea un gran año para todos ustedes. Una etapa llena de luz, de dicha, de retos y satisfacciones. Un año lleno de magia que los haga volar y alcanzar sus más grandes anhelos.
Mil gracias por estar y por ser. ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO AMIGOS!!!
Los quiero.
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