Quisiera dejarte un homenaje de letras como el que me
dejaste en los labios.
A tiempos con destiempos.
Hecho con bailes súbitos y señas febriles. Con burlas
inocentes de gotas sucias que se meten entre tus párpados.
De ti sin mí y contigo.
Y engarzarle un par de los acentos que le pones a la última
vocal de tu risa.
Sin obsesiones ni idealizar, sin regalarte noches de
insomnio, sin saber mañana… pero llenándome de sonrisas intermitentes.
Reconociendo, recordando y agradeciendo la sorpresa.
Sólo dejando un testimonio escrito para tatuarle a la vida que
te conocí.
Y celebrar el encuentro.