La Leyenda de los Héroes Olvidados. Primera Parte.

I

LOS HERMANOS

El destino nunca espera a que los héroes estén listos.

Muchas serían las batallas que transformarían a cinco almas perdidas en una hermandad invencible; quizá ninguno de ellos lo sospechaba, pero al término de un largo camino de sangre y fuego sus nombres retumbarían a través del puente de plata.

Ésta es la historia de los Héroes Olvidados.

Muchos años antes de la Batalla Maldita y de la Sangre de los Dioses, antes del Escape Imposible y de la Noche del Demonio, antes de las Tres Guerras y la Lluvia de Estrellas; antes de los dragones y la Última Fantasía, antes de que les bendijeran, antes de que les despreciaran, antes de eso el inicio fue callado y simple. Como en casi todas las historias, todo comenzó alrededor de una fogata.

-Sigo sin entender por qué haces todo esto hermano.

La noche era preciosa, inquietante, las dos figuras giraban casi imperceptiblemente alrededor del fuego mientras una suave brisa removía la vegetación del Bosque Perdido. La oscuridad matizaba delicadamente las túnicas de ambos. Aquél de túnica negra volvió a insistir ante el mutismo de su interlocutor.

-Después de todo sólo es un muchacho.

-MI muchacho, no lo olvides hermano.- Fue la fría respuesta de aquél con la túnica verde, sus hermosos ojos dorados se encendieron durante un breve instante. Los dos guardaron un eterno silencio, al tiempo que sus sombras bailoteaban en los alrededores mostrando su verdadera naturaleza. Por fin la tensión se esfumó junto con la huelga de palabras.

-Sea pues, pero me duele hacer esto, después de todo también lleva mi sangre.

-Lo sé, pero es necesario.

Los hermanos se miraron con ternura, sabiendo que quizá sería la última vez que estarían frente a frente.

-¿Y que hago con él?

-Mándale con el Rey Blanco.

-¿Loren? ¿Y qué pretendes que encuentre ahí?- Dijo con un gesto curioso.

-Amigos… aliados.

Tras decir esto, la figura revestida de verde comenzó a fundirse entre las sombras hasta que desapareció por completo. Una figura solitaria observaba el fuego, mientras el reflejo de las llamas recorría intrépido su plateado rostro. Echó un nostálgico vistazo alrededor para finalmente cubrir su cabeza con la capucha negra.

-Te voy a extrañar…

No había nadie quien recibiera sus palabras, finalmente tomó un profundo respiro y se alejó de ahí. Las cartas estaban echadas, sólo era cuestión de esperar.

El sol comenzó a rasgar el cielo de Griffin Fall, un nuevo día había nacido, y una Leyenda estaba a punto de comenzar.