No sé si debí mencionarlo aquella noche; el sólo reconocer la remota posibilidad, abrió una pesada puerta prohibida, llena de ululantes espectros que erizaron mi alma hasta su más vulnerable centro.
Ojos llorosos ante la posibilidad del misterio, y la sonrisa torcida de la complicidad.
-Te está observando- Me dijo con una nerviosa tranquilidad.
-Es un testigo-.
Quizá tiene razón… o debo reconocer con pánico que dentro de mí estoy bastante seguro que la tiene; eliminando el endeble resquicio de seguridad que otorga el “quizá”.
Sin embargo, a pesar del oscuro sabor que me dejase esta inusual conversación, algo me dice que mi única posibilidad, es adentrarme sin remedio en este callejón oscuro en dónde no hay nada más...
Sólo un espejo sombrío… donde él, me observa detrás mis ojos.
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5 comentarios:
Siempre te seguirá una brisa fresca con aroma a bosque, cuidándote...
No le temas a la oscuridad, a veces es nuestra mejor aliada... y en cuanto a los ojos... ¿acaso importa lo que esta encerrado al otro lado del espejo?
besos vampiricos, dulce apasionado
creepy man....
ahora que ya estaba superando lo de los espejos...
y los espejos solo muestran ese reflejo oscuro que radica en nuestros ojos...
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