Todo comenzó de una manera casual, inocente... casi improvisada.
Entonces las cosas comenzaron a intensificarse un poco. Al principio parecía algo normal; así son estas cosas ¿no? Uno comienza a sentirse más cómodo, más suelto. El tono sube gradualmente y la distancia personal comienza a desvanecerse.
Se sumaron poco a poco elementos cada vez más fuertes. Las palabras, la duda, la cercanía de unos labios, el enojo, el temblor... el brillo en los ojos.
De mí, de ella...
Y la respiración se intensifica. Pasión, ira, arranques, ternura, pasión otra vez.
"¿Qué es lo que quieres?" decía una y otra vez, al tiempo que me preguntaba lo mismo en la cabeza... en el alma.
Se rompió el aliento, el contacto y con él... el ensayo inesperado.
...
Dioses... cómo extraño el teatro...
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3 comentarios:
increíble! lograste transportarme por completo.... me encanta como escribes!
amigo si el teatro se le da rebien....cabron escribes increible
Gracias Anónimo, aunque no sea quién seas. Eres bienvenid@ cuantas veces quieras.
Compadreeee! Me gustaría tenerme la fe que me tienes tú. Te quiero ca!
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