16 febrero 2010

Verborreando

¿Alguna vez te ha pasado que simplemente estás harto? ¿Con ganas de estallar? ¿Cansado de estar cansado?

Sin un motivo aparente, sin una razón real, palpable o trágica. Simplemente por la vorágine cotidiana; por el lavado acumulado que encima, tiene la buena ocurrencia de juntarse con el planchado improvisto.

Cansado de la espera, de los planes inconclusos, de los cambios de voltaje, de las múltiples y bienintencionadas opiniones externas. De los silencios, de las incesantes pruebas, de la prudencia, de portarse bien sin ningún atisbo de resultados; de las dudas, de sentirse perdido en el camino, de estar dormido en una “Matrix" a la que sabes que no perteneces, pero que no tienes una idea concreta de cómo escapar de ella.

Estar harto del hartazgo. De quejarte. De ti mismo.

De saber que la respuesta está en ti y a la vez no.

No espero más que desahogarme en este espacio que se supone es mío. Retomar un poco el paso, la costumbre de volcarme en el teclado, juntar letras, escupir ideas antes de que sigan haciendo más ruido por dentro.

Qué ganas de escapar un instante. De volar. De dejar de ser, o empezar a ser. De que las cosas estén como deben estar.

Qué ganas de respirar, de sonreír. De saber que la paz no es imposible. De decirle al mundo, “no seas ojete, dame un break”.

Qué ganas… Qué ganas de que te apresures a leer las 10 páginas que te faltan. De saber que no es un error.

Qué ganas de despertar para poder soñar juntos.

08 febrero 2010

Reebot

Tanto en los últimos meses.

Sueños alcanzados. Golpes. Sorpresas. Planes. Cambios.

Espero retomar este espacio, así como tantas cosas más de mi vida. Pero sé que extraño con el alma plasmar pensamientos aquí.

Veamos cómo se dan las cosas y esperemos lo mejor.

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