24 abril 2011

Para siempre...

Se cierra el capítulo más importante de mi vida hasta ahora.

Sin ira, sin rencores, sin cargar equipaje que no merece la pena.

Con una tristeza infinita. Con agradecimiento. Con todo el amor del mundo.

Porque eso no desaparece.

Estos ojos sólo tienen amor. Nada más.

Buena suerte, mi amor...

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21 abril 2011

Grrr...!!!

Y sólo tengo sangre golpeándome en los oídos. En los ojos.

Después de tantos sueños, de tantos planes, de todo lo que era y lo que nunca fue; me queda un vacío momentáneo que sólo se llena con el color rojo. Con la ira que me corta la respiración.

No puedo creer... pero por otro lado ya no creo en casi nada.

Cada palabra, cada recuerdo, cada mentira circunstacial que me llena de un vómito emocional que no puedo controlar. Tengo ganas de ponerme tan imbécil, de explorar, de romper algo con las manos.

Y llenarme de carmesí los nudillos otra vez.

No puedo, simplemente así no.

Se me traba la quijada, tiemblo con la misma fuerza que tantas veces me empujó a hacer lo correcto. Pero del otro lado de un espejo que no creí que vería otra vez.

No hay trago, no hay humo, no hay distractores que me alejen de estas ganas de asomar los colmillos, de sacar las garras otra vez.

No sé qué hacer con esta bestia que llevo dentro. No sé cómo sacarla a pasear sin daños a terceros.

Sin embargo quiero llenarme de ese férreo sabor, de esa carne desgarrada en las fauces. De infringir por lo menos un pequeño porcentaje del dolor que me causaron a mí.

Puta madre. Realmente PUTA MADRE.

Abramos la puerta. A ver qué pasa.

¡Putos todos!

04 abril 2011

So far

La vida ha cambiado tanto, que no sé ni por donde empezar.

La verdad es que de pronto las palabras pierden sentido. Tengo tanto que decir y a la vez no tengo el tino de hacerlo.

No me sale, no puedo, no se expresa, se atora, no fluye, no tiene forma, no hay sustancia, no tiene color ni sabor, gramaje determinado. Nada.

Me distraigo de mí mismo, me alejo del centro imaginario que me hacía en la cabeza. Y hoy no puedo ni poner en palabras lo que siento, lo que quiero.

Lo que soy...

Y escribo por escribir, sólo por desahogar los dedos, el pecho. Sin detalles, sin sentido. Sin mucha intención.

Pero quizá sea un pequeño paso para recuperarme a mí mismo.

Quizá.