21 enero 2013

Lunes de enero


Lunes de nuevo.

Pero eso no es tan malo como suena. Últimamente me ha dado por disfrutar cuando el paso de los días aminora su marcha.

Quizá por eso me cae tan gordo la constante queja de “otra vez lunes” que se lee en las Redes Sociales y encima de todo, la plegaria al universo para que sea viernes otra vez.

¿En serio? ¿Se quieren brincar 5 días completos? ¿Tan aburrida y vacía es su vida? 

Muy probablemente es resultado de la edad, pero hoy me parece impensable querer “saltarme” un momento de vida, por aburrido o pesado que esté. No me imagino renunciando a los momentos, a los minutos, a esos instantes que me voy encontrando en el camino.

No me gusta sentir que no me alcanza la vida.

Y sin embargo, sigo sin adoptar una actitud diferente y hacer más con lo que tengo. No sé cómo encender esta planta al máximo.

Capaz que son sólo reflexiones encafetadas de un lunes en la mañana pero es un tema que ya no quiero que lo sea.

El tiempo lo cura todo, menos su paso.

Vayan con cuidado y aprovechen la semana, que tiene 7 días llenos de oportunidades.

Besos a todos.

10 enero 2013

De finales y principios

Quizá es un poco tarde para hacer gala de la habilidad para deducir lo obvio pero, como podrán haberlo notado, el mundo no se acabó.

Vaya, no que de verdad, de verdad esperaba con ansias algún tipo de evento apocalíptico (o sí) pero hay que ser muy sinceros y reconocer que se respira un dejo de decepción en el aire desde el 22 de diciembre.

Alguien me dijo (o más bien, me dijo que leyó) que quizá se debe a la ilusión inconsciente de que como no estuvimos en el Big Bang ni en el principio de nuestro mundo, quizá presenciar el final de las cosas nos daría cierto papel protagónico en el Universo.

Makes some kind of morbid sense.

O quizá nos impone el no poder dimensionar el final de esto. Ignorar cuándo será el final de los días aumenta todavía más la sensación de ser diminutos en un cuadro inconmensurable.

Así que me quedo con el final de esta reflexión prestada; hagamos luto al fin del mundo que no ocurrió y escojamos a partir de ahora nuestros nuevos finales, pues de ellos dependen nuestros siguientes puntos de inicio.

Cerrar para volver a abrir.

El mundo no se acabó muchachos; deberíamos hacer algo bueno al respecto.

Que tengan un buen y rockero jueves.

02 enero 2013

2013

Veamos si esto funciona.

Comienza el año y con él, el inagotable cúmulo de ideas y buenos propósitos. Todo el mundo con una luminosa actitud y un listado de objetivos por cumplir que, normalmente, se quedan en eso; una utópica y bienintencionada lista.

Ya estoy harto de eso.

Y no lo digo sólo por el año nuevo si no por la vida general. Me encuentro francamente asqueado por el kilo y medio de propósitos que se quedan en papel, en alguna idea arrumbada en el cajón o más comúnmente... en una entrada de blog.

Déjenme (si es que alguien anda por ahí) desviarme un poco para contarles una breve anécdota digital.

Hace ya unos cuantos años tuve un breve trolleo en una de mis entradas. El post hablaba de unas ganas renovadas de hacer y retomar y cumplir sueños atorados. El comment del troll impertinente en cuestión era acerca de cómo yo solía hacer ese tipo de textos prometedores y al final nunca hacía nada. En su momento no le presté atención y algunos otros lectores salieron en mi "defensa" revirando los comentarios de este anónimo lector. - Es un pobre escuincle baboso- pensé. Y sí, probablemente lo era, pero después de taaantos años, debo decir algo con toda la humildad de la que soy capaz.

Tenía toda la razón.

Quizá, ése es uno de los fantasmas más dolorosos que constantemente me asedian. Me encuentro con que soy muy bueno para prometerme pero muy, muy malo para cumplirme.

No. Les juro por Cristorreydemonterrey que ésta no es una entrada de azote ni de esas veces en las que me comprometo a que no pasará de nuevo. Tampoco pretendo hacer un (exageradamente) poético texto en el que hablo crípticamente de mis proyectos en puerta. Simplemente estoy reconociendo una constante en mi vida que me pesa más que un Estado de Cuenta a mediados de enero.

Dado lo cual, sólo puedo compartirles la frase que acuñé para el inicio de este nuevecito 2013:

Si quieres que sea un año en el que suceda lo que deseas, haz que sea un año en el que cumplas lo que dices.

No quiero decir más.

Así que me lo escribo a mí, pero se los comparto a ustedes. Hay que dejar de esperar que las cosas sucedan solas o por lo menos, dejémonos de quejar al respecto. Empieza un nuevo ciclo y trae consigo 365 increíbles oportunidades para que hagamos lo que decimos que queremos hacer.

Sin promesas, sin reinicios inspiradores. Eso es lo que pretendo: respaldar mis deseos con acciones.

Espero que así sea. Que tengan un excelente inicio de año.

Cambio y fuera.