22 mayo 2011

Small

Todavía recuerdo perfectamente aquella noche de 2001 cuando deliveradamente falté a una de mis clases favoritas en la universidad para poder ver el estreno de una serie de televisión que me llamaba muchísimo la atención.

Y así lo hice. Me brinqué aquella clase de Semiótica para reunirme con mis amigos en casa de la chica que en aquel entonces era mi novia. La emoción era bastante grande y expectativa todavía más. Papas, refresco, jugo (sí, eramos ridículamente sanos) y un nervio casi infantil al momento de prender la tele.

La serie se llamaba Smallville.

Sí, después de digerir ese primer capítulo tuvimos muchos comentarios y críticas, pero en definitiva la serie nos encantó. Mucho. La verdad es que una vez que terminó el programa pasamos muchas horas hablando y especulando de lo que pasaría después.

Les cuento esta anécdota porque acabo de ver el episodio final de la serie. La conclusión de sus 10 temporadas al aire.

No, no pretendo hacer una crítica. Tampoco quiero clavarme en los detalles, los errores, los huecos argumentales no sólo del especial de dos horas, sino de la serie completa.

Lo que quiero decir es eso, que lo vi, que me gustó. Que por un par de horas pude olvidarme del mundo viendo el tipo de cosas que me encantaban ver antes. Decir que 10 años ha sido una vida entera, o tres... y que de una u otra manera, esta serie tuvo cierta importacia.

Y también en esta Citadel, pues no puedo recordar la última vez que hablé de esos temas que eran tan míos.

Me gustó. Pero particularmente los últimos segundos me emocionaron como un niño y me pintaron una sonrisa en los labios. El tipo de sonrisa que ya se extrañaba.

Si no lo han visto, les recomiendo ampliamente que lo hagan. Se la van a pasar bien.

Que pasen un súper domingo.


17 mayo 2011

14

Pues empieza un nuevo capítulo. Aunque todavía no sé de qué va la historia en esta ocasión.

Por fin he recuperado el espacio, las paredes seguras. Un lugar para llamar hogar.

Ignoro qué va a pasar, pero al menos es un comienzo. Uno muy bueno.

Aunque estos meses fueron un limbo, no puedo más que agradecer con toda el alma a los que me acogieron en este momento tan duro.

Mi hermano del alma, mi amiga leal.

Y claro, a mi familia. Mis padres que son los mejores del mundo. El abrazo silencioso de mi papá. El llanto hermoso de mi madre. Y me dejan volar otra vez con el alma llena de amor hacia ellos.

Sigamos caminando por los renglones de esta página. Con suerte, quizá podamos dirigir un poco la historia.

Bonito martes.

08 mayo 2011

Easy Sunday

No puedo recordar cuándo fue la última que escribí aquí con calma, como parte de una tarde tranquila. Sólo por el gusto de hacerlo y sin tener necesidad de robarle minutos al agitado día laboral.

Disfrutar con una cadencia relajada el clic-clac que libera el golpeteo en el teclado.

Des-pa-cio...

Respirando con el dulzor sonriente del Licor 43 en los labios. Pensando, remembrando. Rodeado de música y buenas vibras.

No. Debo ser muuuy sincero. Sigo sin saber qué sigue ni qué haré con mi vida. Los altibajos no desaparecen y hay tantas preguntas que no parecen que quieran cooperar de manera civilizada anytime soon.

Pero hoy es uno de esos días en los que no vale la pena darle muchas vueltas, ni preguntarse con tanta insistencia qué rayos pasará en la siguiente página. Porque la historia tiene que seguir su curso y desarrollándose paso a paso.

Hoy... Hoy tengo ganas de sonreírle a las posibilidades...

Sean las que sean.

Later!