31 diciembre 2018

De recuentos y años nuevos.

Otro año que se va.

Y mientras lidiaba con mis labores del día, sentí un fuerte impulso por decir algo a propósito del cambio de año. Sentía las ganas pero, por más que daba vueltas, no podía escribir nada.

Entonces me pasó por la mente que el problema quizá radicaba en que buscaba hacerlo en Twitter y creo que por eso no fluía. Estoy demasiado cansado de las redes sociales.

Recuerdo que hace años, cuando se apagaba la chispa por esta Bloggsfera, un buen amigo reflexionaba en su blog que ya no le apetecía escribir ahí por todo lo que ya compartía de sí en otras redes sociales.

Y creo que justo me pasa lo contrario. Estoy tan cansado de ellas, que prefiero volcar mis pensamientos en espacios más contenidos, íntimos.

¿Qué mejor lugar que esta Citadel tan abandonada para hacerlo?

Así que nada, sin ánimos ni pretensiones sólo quiero decir que éste, fue un año muy particular; lleno de retos, de caídas, de estrés y de incomodidad. Un año de cuestionarme demasiado y buscar respuestas en todos lados.

No, no puedo decir que lo haya logrado totalmente pero, lo que sí puedo decir es que a pesar de todo, hoy puedo ver hacia atrás y darme cuenta que fue un año mucho mejor de lo que creía, que hubieron muchos logros y sobre todo, piezas que fueron tomando su lugar.

Más importante aún, pude recuperar un poco la capacidad de decir menos y hacer más.

Y con ese espíritu recibo 2019. Con ganas, con inquietud, con más paz mental y espiritual. Esperando que los bloqueos sigan cayendo y las historias fluyan cada vez más.

Hasta aquí la reflexión.

Lamento si este texto está un tanto oxidada y atropellada, pero la intención es lo que cuenta.

Feliz Año Nuevo.


No hay comentarios.: