Parece que fue apenas ayer y no hace tres años y medio cuando empezamos a trabajar juntos, pero ése es el hecho, que han sido casi cuatro años de conocerte y en los que he aprendido a verte como un hermano mayor y uno de los hombres que más admiro en la vida.
¿Sabes? Realmente no sé si estás conciente de lo que tu amistad significa para mí, de lo mucho que has tocado mi existencia. Realmente siempre he pensado que ser tu amigo me hace ser una mejor persona… y realmente te lo agradezco.
Y entonces hago un breve recuento y me doy cuenta de las muchas cosas más que tengo que agradecerte; las risas, las comidas, las múltiples pedas, la Roma Imperial, la música, el cine, tu fe ciega, abrirme la entrada a tu mundo; por las veces que has sido mi Protector, las que has sido mi Maestro, las miles en las que has sido mi compañero de batallas y mi cómplice incondicional.
Gracias por todas las cosas que es imposible expresar con este nudo en la garganta que me causa tu partida.
Sí, sé que es para bien, pero me permito el lujo de ser egoísta y sentirme triste en extremo. Ya nada me detiene aquí, pero ése es otro tema.
Ya sé, ya sé.. hablo demasiado y siempre me terminas callando (eso también lo voy a extrañar), pero no podía dejarte partir sin que te llevaras contigo estas palabras, mi admiración sincera y mi cariño.
Láaaargate y lárgate lejos, pero nada más para triunfar. VITORIA ante todo mi Rey y recuerda que conmigo cuentas de aquí a la eternidad.
Te quiero hermano.
