Una mala semana, que no termina.
Entre las prisas, pleitos, presentaciones, juntas, campañas que nomás no quedan y otras más que están adquiriendo un innecesario ritmo acelerado, la pasada fue una semana agotadora no sólo para el cuerpo, también para el espíritu.
La cereza en el pastel, fue tener que trabajar el fin de semana también.
Pero bueno, más que queja o desahogo, es una sencilla explicación de por qué no había posteado en estos días. Ya saben, uno es cortés ja,ja.
Definitivamente han sido días de reflexión, pero no quiero profundizar demasiado en el tema: uno corre el riesgo de regresar a viejas y malas costumbres flagelosas y como pa’ qué, no hay “necesidá”.
De lo que sí hay necesidad, si no lo han hecho aún, es de ver “Little Miss Sunshine”. Hace algunas entradas les platiqué que acababa de comprar el DVD. Es de esas trágicas veces (que cada vez son más) que una peli que se me antoja mucho se me acaba escapando del cine. Por eso me decidí a comprarla, para no quedarme con las ganas.
El punto es que esta cinta es maravillosa. Es dulce, ingenua, cruda, devastadora y optimista a la vez. Una montaña rusa que te lleva del dolor a la risa sincera en cuestión de segundos.
No cabe duda que cuando hay un guión bien escrito, una dirección precisa y actuaciones poderosas, no necesitas una trama demasiado original o complicada. El placer absoluto de una historia bien contada.
Y para despedirme, les dejo un par de imágenes que me emocionaron mucho.
Hace unos meses comentaba yo con el Rulo: “¡Qué fan soy de la Justice Society! Nunca creí que me iba a gustar tanto ese título. Estoy tan fascinado por los personajes que si llegan a sacar una nueva línea de juguetes, me los pienso comprar todos.”
Con ustedes, la línea uno de Justice Society of America, basada en los diseños de Alex Ross.
Debí haber deseado un millón de dólares.


